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Tambo Inteligente 6- Cultura organizacional, medioambiente y equipos de trabajo saludables

Cultura organizacional, medioambiente y equipos de trabajo saludables

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Hay muchas formas de conseguir resultados exitosos en los ambientes laborales y en particular en las empresas lecheras. He conocido tambos que tienen inmejorables indicadores productivos, reproductivos y sanitarios. Sin embargo, el estrés de las personas, la alta rotación de personal, el ambiente conflictivo, el mal relacionamiento interpersonal, el desgaste e incomodidad laboral, son aspectos que en ocasiones ocurren y me hacen reflexionar y cuestionar sobre el tipo de éxito de una empresa.

El término “cultura organizacional” es muy utilizado en el área de gestión del capital humano y desarrollo organizacional en el mundo empresarial. De alguna manera, la cultura organizacional se hace explicita cuando se expresa: “Acá las cosas se hacen así”, refiriéndose a una forma instaurada de trabajo, que es un sello distintivo, de identificación o caracterización de una empresa o tambo.

Idalberto Chiavenato, en su libro “Gestión del Talento Humano”, menciona que dentro de la cultura organizacional de una empresa, se consideran una amplia variedad de aspectos; “Es el conjunto de hábitos y creencias establecidos por las normas, los valores, las actitudes y las expectativas que comparten todos los miembros de la organización. La cultura organizacional puede ser fuerte o débil; es fuerte cuando sus valores los comparte intensamente la mayoría de los trabajadores e influye en sus comportamientos y expectativas” (Chiavenato I, 2009). Resulta interesante la clasificación de las culturas organizacionales en “débiles o fuertes” refiriéndose a los valores compartidos y la capacidad que tiene este aspecto en influir sobre los comportamientos y expectativas de las personas.

En la lechería actual, se postula con mucha intensidad la necesidad de considerar al medioambiente como uno de los factores claves para el desarrollo futuro y sustentable de los tambos. En particular, en esta mirada medioambiental, se toman como puntos centrales la consideración de aspectos como el suelo, el agua, la biodiversidad y el bienestar animal. Podríamos también, incluir la consideración del medioambiente desde el punto de vista organizacional o la cultura de un tambo, como un factor de gran importancia para lograr un desarrollo saludable y sustentable de las empresas lecheras.

Las personas, al igual que las vacas lecheras, percibimos el medioambiente que nos rodea a través de nuestros sentidos y esa percepción activa mecanismos fisiológicos, hormonales, que influyen sobre nuestro comportamiento y actitud. Esta es la base del bienestar animal, si las vacas perciben un ambiente no confortable, se predisponen a la lucha, la agresión, la huida, pero no están disponibles para el proceso productivo. En ese sentido, la cultura organizacional, el medioambiente laboral de un establecimiento lechero, es uno de los aspectos que tiene una importante influencia en el compartimiento de las personas, en los resultados laborales y en particular en la calidad de vida de todo el equipo humano.

Siempre me he preguntado, qué es lo que habilita a que se desarrollen en ciertas empresas aspectos como: el trabajo en equipo, la confianza de las personas, sentimientos de pertenencia, capacidad creativa, e incluso el compromiso. Seguramente estos aspectos no necesariamente se expresan con igual fuerza y en todo momento durante el año. Incluso es probable que estas organizaciones sufran altibajos y decepciones, pero en general y a grandes rasgos son empresas en donde uno siente algo distinto, respira un ambiente sano, en donde llama la atención la tranquilidad o serenidad con que las personas trabajan, aún en presencia de los encargados. Creo que todos en algún momento hemos conocido estos lugares, hemos visto equipos de trabajo que nos dejan una sensación altamente positiva y tal vez en el fondo la inquietud de poder lograr algo parecido en nuestros lugares de trabajo.

Es posible que un buen ejercicio a realizar sea no dejar pasar esos momentos, esas experiencias, de toma de contacto y conocimiento de otras empresas y grupos de trabajo, para profundizar en que es lo que estamos viendo y sintiendo en ese momento. Hacer consciente el momento y realizar un esfuerzo en definir con la mayor claridad posible, qué es exactamente lo que nos llama la atención de esos equipos humanos, cómo podríamos imitarlos, qué deberíamos cambiar o mejorar en nosotros, cómo lo aplicaríamos en nuestra empresa, es un factor de importancia que nos puede ayudar a avanzar. El mecanismo, de ver como hacen lechería otros predios y a partir de ahí, cuestionarse, reflexionar, e intentar imitar, es ampliamente utilizado por muchos productores para mejorar aspectos fundamentalmente operativos, de manejo del ganado, diseño de instalaciones, gestión del pastoreo y demás laboreos. Sin embargo, de lo que se trata aquí, es de estar atentos a aspectos del medioambiente laboral, de la cultura organizacional, de las normas de funcionamiento, del tipo de liderazgo de las personas, de las formas de relacionamiento, de condiciones de trabajo, etc., que uno intuye, son distintivos y probablemente expliquen, aunque sea en parte, la sensación de estar frente a un equipo comprometido, un tambo o empresa con un espíritu de trabajo distinto, que nos llama la atención y resulta interesante.

Podríamos también, hacer el ejercicio de intentar describir qué tipo de ambiente laboral, de cultura organizacional, tiene nuestro tambo al momento presente. Poner en palabras las principales características que sentimos definen el ambiente de nuestra empresa. Que cosas consideramos positivas y que cosas consideramos debemos cambiar de nuestra forma de hacer las cosas. Preguntarnos, “¿cómo está ese medioambiente que condiciona el interior de las personas en mi tambo?, ¿a qué predispone?, ¿cómo influimos nosotros, ¿cuál es nuestro aporte a ese medioambiente?, ¿el equipo humano, incluido mi persona, estamos a gusto?”. Estas pueden ser algunas de las preguntas que nos ayuden a darnos cuenta de algunos aspectos importantes de ser considerados.

La “Maldición de Malinche” es una historia bien conocida en nuestro país que hace referencia a la no valoración de lo propio, a la dificultad para reconocer a nuestra gente y buscar siempre afuera las soluciones a los problemas. En ocasiones este aspecto forma parte de la cultura o medioambiente organizacional de las empresas. Recuerdo, la forma de trabajo utilizada por unos administradores de tambos, que valoraban, reconocían e impulsaban a su ordeñador más experimentado a capacitar en rutina de ordeñe a los demás trabajadores del tambo. Era interesante ver y respirar esa cultura organizacional, que tomaba de la propia experiencia de las personas para sostener y mejorar los procesos del tambo. ¿Cuánto pesan estas formas de trabajo?, ¿las muchas formas de valoración y reconocimiento, en el espíritu y comportamiento de las personas?, ¿a qué tipo de medioambiente o cultura organizacional predisponen?

Un aspecto interesante referido al tipo de medioambiente o cultura que tenemos en el tambo es que: lo bueno o malo, lo fuerte o débil que sea el medioambiente laboral, es responsabilidad de todo el equipo, pero en particular, el líder tiene mucho que ver con lo que pasa, con la forma de hacer las cosas, con la cultura organizacional de la empresa.

No se trata entonces de proyectar, buscando afuera responsabilidades, no es el clima, los precios internacionales, lo que hagan los de afuera, sino lo que hacemos nosotros hacia adentro de la empresa, lo que determina el tipo de medioambiente o cultura organizacional que tenemos en nuestra empresa. Este aspecto tal vez puede parecer duro o difícil de aceptar, pero si lo vemos bien, es también una gran oportunidad para mejorar y lo más interesante, deja la posibilidad de mejora en nuestras manos.

Muchos son los aspectos que forman parte de una ambiente o cultura organizacional, cosas muy simples pueden tener mucho valor para las personas y contribuir fuertemente a la construcción de un sentimiento de pertenencia y equipo. Indagar, reflexionar y experimentar, poniendo en práctica las visiones a las cuales llegamos es un desafío ineludible en la búsqueda de un éxito empresarial saludable y por ende sustentable.

MV, MSc Juan Manuel Ramos Rama*                                                                                                                           *Médico Veterinario, Coordinador de Grupos y Coach gestáltico                                         jmramosrama@gmail.com / wwwdesarrollohumano.uy

Bibliografía

  • Chiavenato, I. (2009). Gestión del Talento Humano. Ed Mc Graw Hill, 3era Ed.

 

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